kinoclaje

El Laboratorio Audiovisual Kinoclaje fue creado en el año 2005 por un grupo de realizadores audiovisuales, artistas y diseñadores gráficos, nuestro objetivo es producir “imagen con sentido”, por lo cual concentramos esfuerzos en la difusión alternativa del audiovisual alternativo, la formación de públicos y la experimentación con imagen.

domingo, abril 30, 2006

SOBRE EL RECICLAJE

El término reciclaje en un principio era el proceso por el cual se recuperaban los materiales de un objeto ya elaborado, para volver a construir más objetos con la misma función y así reinsertarlos en el ciclo industrial de producción y consumo. Sin embargo el término ha adquirido con el tiempo nuevos significados, a medida que se reflexiona nuestras economías de producción.

Reciclar ya no es un término que interese solamente a los economistas y a los ambientalistas, sino también a sociólogos y artistas, porque su sentido se ha extendido a otras esferas. No se trata ya simplemente de evitar el desperdicio y la contaminación; el reciclaje, como emancipación del objeto sobre su significado ligado a la función, se ha convertido en un problema cultural y simbólico.

Para muchos es crítico el punto al que nuestra sociedad ha llevado la cadena interminable de producción, consumo y desecho desmedido, y advierten que hemos reemplazado nuestras responsabilidades sociales y ambientales con una nueva ética del exceso, en donde el valor simbólico adquirido por el objeto, que se eleva sobre su funcionalidad, es una muestra de status y preferencias personales. Cada objeto hoy en día tiene muchos significados y este fenómeno, más que ser visto como una crisis, debe ser concebido como parte de un proceso cultural, como una coyuntura que trae nuevos dilemas e introduce nuevas maneras de experimentarnos a nosotros y al mundo.

El mundo se ha convertido en un lugar fragmentado y cambiante en donde cada individuo responde a su propia lógica. En esa red de múltiples puntos de partida y destinos, se ha perdido la idea de progreso que se tenía en el pasado, y las innovaciones ya no son evolución en términos de mejoramiento, sino simplemente adopciones de nuevos puntos de vista, maneras diferentes de ver las cosas, y todo se mueve por modas y temporadas, cada vez más efímeras. La tierra se sacude y cambia, poniendo al hombre en confrontación con la muerte. Mientras los recursos naturales se agotan y son reemplazados por manufacturas, es apenas lógico que éstos materiales industriales se conviertan en la materia a partir de la cual producir aún más, según la ley imperante de nuestro orden social. Se puede saber mucho de una sociedad no sólo por lo que consume sino por lo que desecha. Al usar material de desecho para crear nuevos sentidos, se hace una reflexión sobre la industria de la que se obtuvo ese material. El reciclador es como un quiebra semióticas que manipula fragmentos desconectados de la cultura, para crear nuevos sentidos. Desmantela, reconecta y ensambla, creando una nueva intertextualidad que irrumpe el orden habitual del mundo.

Reciclar es: pedir prestado, citar y recontextualizar objetos, imágenes e ideas.

Transformar artísticamente, más que transformar es inventar, a través de un proceso estético de recuperación de detritos industriales y elaboración, a partir de ellos, de una secuencia con renovado sentido, significado e impresionante belleza.

Somos una sociedad de consumo en la que el individuo gasta su tiempo, energía e imaginación en consumir más que en producir. En nuestro caso particular como “Recicladores de cine”, somos realizadores que vemos mucho cine y mucha TV, ya era hora de volverlo materia prima de una creación. Nos enfrentamos a películas de cine, ya fuera para verla como soporte, simple celuloide, o como cintas cargadas de sentido listo para ser alterado; nos enfrentamos ignorantes, tanteando en terreno desconocido con la bandera de la experimentación, con ideas sinsentido. El sinsentido es la actividad con la cual el mundo es desorganizado y reorganizado, es el azar arbitrario, cambiante y fragmentado. El reciclaje puede ser visto como actividad sinsentido, como el producto de una relación intertextual entre el mundo razonable del que extrae su materia, y el mundo sinsentido creado por su inesperada reconstrucción y combinación. Veíamos el material en la oscuridad de la sala de proyección, y una luz salía; luego se modificaba el material; incluso una persona reelaboraba lo que había hecho otra. Cuando ya estuvo listo el corto, éste fue la materia para que los músicos hicieran su interpretación sinsentido, y le pusieron música. Esta nueva etapa se presentará a los espectadores, que harán con ella su propio mestizaje sinsentido, y hallarán en cada particular experiencia, una infinidad de sentidos nuevos que enriquecerán la imaginación, abriendo la puerta a asociaciones novedosas y divertidas. Y así no se detendrá jamás ese ciclón de sentido.